viernes, 13 de mayo de 2016

PENSAMIENTO ANÓNIMO EN LUZ DEL CARIBE NO. 27

             


              PENSAMIENTO  ANÓNIMO


Un  día, mis años de juventud se vieron coronados de sienes blancas, la madurez había llegado, como podría yo tomar ese cambio, tan importante en mi vida, mis sueños se hicieron realidad, pero no contaba yo, con el tiempo transcurrido, mi galopante correr tras ilusiones  vanas se vieron disminuido, mis pasos más lentos y más,  firmes, remplazaron la loca carrera juvenil que la vida puso en mi una soleada carrera de verano y queriendo vivir intensamente;


Corrí tras ilusiones creyendo alcanzarlas

Corrí tras el viento queriendo estrujarlo contra mi pecho

Corrí tras el sol queriendo retenerlo entre mis manos

Corrí tras la vida creyendo que vivía

Corrí tras la muerte creyendo que moría

Y sucedió un día

Que tantas ilusiones que alcance

Que tanto viento que estruje

Que tanto sol que retuve

Que tanta vida que viví

Que tantas veces que morí

Se escurrieron entre mis manos cual diáfana gota de agua, disipando la niebla de mis dudas,  y, pude disfrutar de un amanecer y contempla lo bello de un atardecer, y comprendí los días nublados y valore los días soleados, entonces comencé comprender la vida y acariciar la muerte.


Por eso a esta edad que de juventud creemos, inagotable, no es más que paso ascendente con sienes canas de lo que será la blancura, que representa la sapiencia y leves marcas que serán arrugas de experiencia.


La calma llegara a mi ansiedad, la vida entenderá con claridad el ideal que mi vida alcanzara y con esto la vejez me tocara y consecuencia lógica vida el cambio con la muerte llegara, quisiera que cuando esto suceda me encuentre de pie con mi ideal cumplido, mi corazón tranquiló, con mi vida en la mano entonces le susurrare al oído, vamos muerte sigamos adelante, ya he cumplido es cuanto, 


Ya mis hermanos me esperan para ocupar mi columna en el eterno oriente.



 









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